23 junio 2009

Capítulo 8: El encargo del Rey

Lía volvía hacia el poblado con la caza del día. Había conseguido abatir varias aves con sus flechas, y la carne que sobrara pensaba regalarla al carnicero para que éste la repartiera entre la gente con menos recursos al acabar el día. Esa costumbre mejoraba las condiciones de vida en el pueblo y aumentaba la reputación de La Familia entre las gentes del lugar.
Cuando ya se aproximaba al sendero que llevaba al poblado, un ruido de pasos que se aproximaban la llevó a agazaparse entre las ramas y observar a quien fuera que llegaba. Si se trataba de otro miembro de La Familia, pensaba darle un buen susto (excepto si se trataba de Charly, a quien coger por sorpresa era virtualmente imposible). Sin embargo, quedó sorprendida al contemplar a un hombre mayor, de unos cincuenta años, ataviado con la túnica tradicional de los mensajeros reales.
No sabiendo bien cómo reaccionar, salió corriendo y atajó hasta llegar al viejo edificio donde La Familia tenía su residencia, ya que Aka, Taku y J.R. habían llegado muy tarde la noche anterior de una misión en Terramedia y se encontraban descansando aún pese a que el sol llevaba muchas horas luciendo en el cielo. Encontró a Aixa atendiendo a un campesino que quería que La Familia le sirviera de mensajera a un hermano en la otra punta de los cinco países, en Oestia, y que no estaba de acuerdo con el precio, y a Fish sentada tranquilamente a la sombra, en una cómoda mecedora.
Al verla llegar sudando y respirando agitada, Aixa se alarmó, aceptó el precio del campesino sin discutir y se acercó a atenderla.
- ¿Estás bien?
- Pareces alterada - comentó Fish desde su rincón.
- He visto a un hombre ataviado de emisario real... y creo que se dirige hacia aquí - casi jadeó Lía, que luchaba por recuperar el resuello.
Inmediatamente ambas muchachas se pusieron en tensión.
-¿Un enviado del rey?
- Mejor estar preparadas por si surgen complicaciones. Voy a buscar a Neko a su cuarto, y a despertar a Taku, Aka y J.R.
- De acuerdo, Fish. Aixa y yo nos quedaremos aquí a recibir al emisario.
- ¿Dónde está Charly?
- Dijo que iba a salir un momento a comprar un par de cosas para la comida. Algo de queso y pan, creo.
- Entonces volverá pronto. Perfecto. Si su gracia le muestra nuestra situación, estará aquí pronto. Me gustaría contar con él para saber lo que quiere el mensajero.
Apenas Fish desapareció escaleras arriba la sombra del emisario cubrió la puerta del edificio.
- Buenos días.
- Buenos días, señoritas. ¿Me esperaban? - una amplia sonrisa apareció en el curtido rostro del hombre - Mi rey estará satisfecho de su competencia. No puede uno dejarse sorprender en estos tiempos que corren.
- ¿Qué trae por aquí a un emisario del rey Thigpen? - preguntó Lía, con curiosidad.
La sonrisa se esfumó del rostro del emisario.
- Mi rey ha tenido noticia de que el monarca de Meridia planea declararle próximamente la guerra.
- ¿La guerra? - exclamaron atónitas Lía y Aixa.
- Además creemos que Meridia se mueve diplomáticamente para contar con Oestia como aliado en caso de guerra, lo cual sería desastroso para Elestia.
- Pero... ¿qué motivo...?
- Por tanto, - continuó el emisario sin hacer caso a la interrupción de Aixa - las instrucciones de mi rey son las siguientes: en primer lugar, descubrir dónde se realizará la reunión diplomática entre Meridia y Oestia, en segundo lugar descubrir qué acuerdos se alcanzan en esa reunión, y el alcance de dichos acuerdos, y en tercer lugar llevar mensaje a los reyes Drowden de Nordicia y Randa de Terramedia para solicitar su apoyo en caso de guerra. Si aceptan la misión les entregaré un documento con sello real en el que recibirán instrucciones precisas sobre cuánto y cómo pueden ofrecer a estos reyes para convencerlos de formar parte de nuestro bando.
Ambas muchachas quedaron en silencio durante unos instantes. Finalmente, Aixa tomó la palabra:
- Es una misión compleja, y debemos celebrar consejo para decidir si la aceptamos. La Familia se reunirá durante la comida y tomaremos nuestra decisión. Mientras tanto, le ruego que se quede en la posada del pueblo, y La Familia correrá con los gastos de su alojamiento hasta que hayamos decidido.
- Es razonable - dijo el enviado real - y acepto vuestras condiciones. Volveré dentro de unas horas para conocer la decisión de La Familia.
- Antes - intervino Lía - quisiera saber qué ha motivado a Murgon a declararle la guerra a Thigpen.
- La excusa será una incursión que realizó el ejército elestio en Meridia hace unos años, en la cual los soldados arrasaron varios poblados, tras lo cual se envió una disculpa oficial. Murgon lo considerará un insulto personal y tomará venganza.
- ¿Y el motivo real?
- Recientemente hemos descubierto en las montañas de la frontera con Nordicia un inmenso depósito de hierro que rellenaría las arcas del reino y nos permitiría forjar armas con las que equipar el más moderno ejercito de los cinco reinos. Ello nos otorgaría una posición hegemónica que, obviamente, Murgon no piensa consentir. Con la guerra, incluso si Nordicia y Terramedia nos apoyan, nuestras reservas disminuirán considerablemente al comprar su ayuda, lo que impedirá que alcancemos una posición dominante en los próximos años.
-De acuerdo. La Familia deliberará y te contestaremos en unas horas.
- Perfecto.

1 comentario:

  1. ó.Ò

    Muuuuy interesante... Paul, has clavado a Fish con eso de estar a su rollo tumbada ahí a la sombrica xDDD

    Gracias por la dosis diaria :)

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La Familia

La Familia
Por este orden, J.R., Aka, Taku, Neko, Charly, Lía, Fish y Aixa.