31 agosto 2009

Capítulo 16: El rescate

La cabalgata hasta Burgo de Murgon transcurrió en un silencio incómodo. Excepto Aka, ninguno de los demás miembros de La Familia aprobaba la acción de Taku de la noche anterior, pero comprendían su actitud.
Una vez en la capital meridia alquilaron tres habitaciones triples en la posada en la que pernoctaron anteriormente Lía, J.R. y Charly, y se reunieron en la más espaciosa para planear con detalle la incursión en el castillo.
- Mira - comenzó J.R.-, cuando entramos para espiar la reunión no tuvimos muchos problemas, porque sólo debía entrar yo. Pero para entrar los siete tendremos que superar un foso y una muralla, o bien dos patrullas diferentes sin que nos vean ni den la alarma.
- Una vez dentro -continuó Fish- la sala está a unos diez minutos si vamos con cuidado, o cinco a paso normal, prácticamente al final del nivel inferior del castillo. Si confiamos en las indicaciones de Bin, allí deberíamos encontrar el acceso a las mazmorras. En el caso de que consigamos descender allí casi todo el trabajo estará hecho. Aunque haya varios hombres abajo, dudo mucho que los echen a faltar lo bastante pronto como para que sea un estorbo a nuestros planes.
- Bien -intervino Lía-, así que estamos asumiendo que nos infiltraremos hasta llegar a las mazmorras, y que allí nos liaremos a golpes con todo lo que nos encontremos.
- Básicamente - respondió Taku -. Sin embargo, podría haber mejores opciones que simplemente irrumpir allí y empezar a repartir mandobles. ¿Tú que opinas, Aka? Eres el más inteligente del grupo, así que confío en tí. ¿Cuál crees que es la mejor manera de llegar hasta mi hermano?
- Sin duda, en el nivel superior nos podremos introducir sin problemas. La primera patrulla es el punto clave. Dejadme que planee todo con detalle y al atardecer emprenderemos el rescate.

El sol teñía de naranja las nubes bajas que adornaban el fondo azul del cielo cuando La Familia se dirigió al puente levadizo que daba acceso al castillo. Apenas pusieron un pie en ella, tres hombres uniformados como soldados de Meridia les cortaron el paso.
- ¡Alto! ¿Quiénes sois y qué quereis?
- ¿Estás intentando ligar conmigo? - dijo Aixa, guiñándole un ojo al guardia que había hablado. La sonrisa de éste indicó al grupo que habían comenzado bien.
- Realmente, ¿no os aburrís estando todo el día de guardia? - dijo Taku con una expresión sorprendida - Yo me caería redondo si tuviese que estar tanto tiempo parado y de pie.
- Es un buen trabajo - contestó el guardia, cuyo rostro no perdía la sonrisa -, me permite alimentar a mi familia y no es tan laborioso como otros.
- Me encantan los hombres de uniforme - murmuró muy claramente Lía, de forma que los tres guardias la oyeran.
- ¿Ah, sí?
Mientras la conversación se animaba, Aixa y Lía se apoyaron en una de las columnas que enmarcaban el borde del puente levadizo, y Taku y Aka se quedaron de pie junto a ellas, de forma que los tres guardias quedaron de espaldas a Fish y Neko, que aprovecharon la ocasión para colarse. Un comentario especialmente atrevido de uno de los guardias hacia Aixa motivó que todo el grupo riera con ganas, pero cuando Taku, sonriente, alzó la vista para comprobar que Neko y Fish llegaban al otro lado del puente quedó sorprendido al advertir una expresión molesta en el rostro de Fish. Taku tomó nota mental de preguntarle sobre aquello más tarde.
- Bueno chicos, nosotros nos marchamos ya - dijo entonces Aka.
- ¿Tan pronto? - protestaron los guardias.
- Hay que hacer más cosas que sólo divertirse... ¡hasta la vista!
Taku miró, inmóvil, cómo sus compañeros se alejaban unos metros y, de pronto...
La burbuja azul surgió de su cuerpo, envolviendo a los desprevenidos guardias. Aka, Lía y Aixa giraron sobre sus talones y, a la carrera, se unieron a Taku que ya corría hacia la puerta del castillo. Allí encontraron a Neko y a Fish.
- ¿Qué tal ha ido?
- No ha habido problemas. ¿Y por aquí?
- Todo según el plan.
Efectivamente, los miembros de la segunda patrulla parecían estar muy empeñados en pescar en el foso... sin caña.
- Bueno - dijo Taku con una sonrisa -, vamos para adentro.
De la nada apareció J.R., sobresaltando a todos.
- Casi me coges con la burbuja, Taku - dijo con un tono sorprendido.
- Bueno, mientras haya sido "casi"... supongo que los tres guardias de la primera patrulla se habrán quedado muy sorprendidos.
- Bah, seguro que se han pensado que tu gracia era la invisibilidad o algo así.
- En fin, entremos de una vez.
J.R. guió a La Familia por los corredores del castillo. La luz del atardecer iba desapareciendo por los ventanales del pasillo principal. En un par de ocasiones Neko y Fish combinaron sus poderes para hacer que algún soldado que patrullaba cerca desviase su camino, y un centinela oculto estuvo a punto de darles una sorpresa, antes de que advirtieran, con alivio, que se había quedado dormido en su escondite.
- Por eso me ha costado tanto percibirlo - se quejaba en un susurro Neko.
- ¡Ya casi estamos! - exclamó entre dientes J.R. - ¡Éste es el sitio del que habló Bin!
En efecto, se podía ver la puerta que les conduciría hasta las mazmorras. Sin embargo, los guardias que presuntamente debían estar allí no se veían por ningún lado, ni Neko podía detectarlos.
Pese a que aquello no le gustó ni un pelo ni a Aka ni a Taku, decidieron que no habían llegado tan lejos para abandonar por un peligro que no sabían ni si existiría, de modo que se dirigieron sin demora hacia el nivel inferior.
Tampoco allí encontraron la patrulla que debía proteger la salida de las mazmorras, pero no muy lejos escucharon un sonido que les sorprendió: entrechocar de espadas.
-¿Una fuga?- preguntó, incrédulo, Aka - ¿Justo ahora?
Conforme se acercaron comprobaron que varias celdas estaban abiertas y sus ocupantes no estaban allí. Una de ellas era la que, según Bin, había mantenido preso a Charly.
- Si mi hermano ha visto una opción de escapar, no la habrá desaprovechado - opinó Taku -, incluso si para ello debía provocar una revuelta entre los presos.
- Vayamos a comprobarlo, pues - repuso Lía.

Cuando llegaron al final del larguísimo pasillo (había, como mínimo, cien celdas) encontraron una especie de sala de guardia, amplia pero mal iluminada con la luz mortecina de un par de antorchas, donde cuatro presos se debatían contra unos quince guardias. Había cuerpos muertos tendidos por el suelo, y la situación de los presos era prácticamente desesperada. Charly se alzaba al frente de los presos, rechazando a tres soldados ayudado por su gracia, aunque iba perdiendo terreno poco a poco.
-¡Charly!
El grito de Taku resonó por toda la sala. Los presos contemplaron, incrédulos, cómo siete personas se incorporaban a la lucha, entre ellas un chaval que esquivó a tres guardias y los derribó uno tras otro, una chica que abrió la boca y, sin más, un guardia apuñaló a otro y después se suicidó, un chico que aparecía y desaparecía... pronto los cuerpos sin vida de los soldados se amontonaron en el suelo.
- Pero... pero... ¿cómo...?
- Las explicaciones más tarde. Salgamos de aquí.
La hora del sigilo había pasado. La Familia al completo salió de las mazmorras acompañada de los tres presos fugados. En su camino se cruzaron apenas un par de soldados, que caían inconscientes antes de saber siquiera qué había pasado.
A la carrera llegaron a la puerta principal, donde la patrulla seguía con su infructuosa pesca y...
- ¡NO!
- ¡No puede ser!
- ¿Cómo no pensamos en esto?
El puente levadizo se hallaba subido, y no había manera de salir al exterior. La Familia estaba atrapada.

03 agosto 2009

Capítulo 15: El espía

Todos comenzaron a hablar a la vez. El asombro era la emoción predominante, y J.R. tuvo que imponer su voz para poder preguntar:
- ¿Quién es? Y quiero una respuesta detallada.
Bin respondió sin titubeos:
- Su nombre es Noah - ante esta sorprendente declaración el silencio se impuso de nuevo -. Es un graceling al servicio de Murgon, cuya gracia es adoptar el aspecto físico de cualquiera. En estos momentos se encuentra en esta sala, fingiendo ser el graceling Charly.
-¿Qué? - los sobresaltos parecían interminables, y varias voces se alzaron tras la revelación... hasta que una de ellas se sobrepuso al resto.
- Cállate, siéntate, no te muevas en absoluto ni digas nada hasta que yo te lo diga.
Neko había empleado su gracia para inmovilizar efectivamente al espía, que en el tumulto había iniciado un movimiento de aproximación a la puerta de salida. Cuando el revuelo se tranquilizó Aka, a instancias de Taku, preguntó a su hermano:
- ¿Dónde está Charly? Quiero su localización exacta y detalles del entorno para una operación de rescate.
- Se encuentra cautivo en una de las mazmorras más profundas del castillo del rey Murgon. Una guardia permanente de cinco hombres se encuentra distribuida por el piso de las mazmorras, a dos niveles bajo tierra. La entrada a los pisos subterráneos está en una sala contigua al salón del trono, disimulada bajo una alfombra. Un número que varía entre dos y seis guardias se ocupan de la protección y vigilancia de la entrada, repartidos entre los pasillos y la propia sala. Su celda es la tercera a la derecha en el pasillo principal.
- Bien - dijo Taku -, con esos datos tenemos más que de sobra para ir a rescatar a mi hermano.
- Lo que yo quisiera saber - abundó Neko - es cómo es posible que, con su gracia, lo hayan atrapado.
Cuando Bin abrió la boca, Neko comprendió que su pregunta en voz alta había sido interpretada como una cuestión para él, pero no protestó, ya que realmente quería saber cómo había sido posible.
- Fue el mismo día del pedido del rey Thigpen. Pusieron un somnífero en el queso que iba a tomar. Su gracia le mostró a sí mismo comiendo queso, lo cual le pareció lo más obvio y evidente, y no la tomó en cuenta. Aprovecharon el lapso que el somnífero le dejó inconsciente para llevárselo y que el cambiante le sustituyera.
- Asombroso... - opinó J.R.
- Entonces... - dijo Neko - cuando fui a Nordicia a cumplir el encargo del rey... mi acompañante era...
- Noah - confirmó Taku -. Sin embargo no le interesaba ponerse al descubierto todavía, ni mucho menos. Apenas llevaba unas horas infiltrado en el grupo, y nada más lejos de su intención que desperdiciar tan buena ocasión.
- Bien - intervino Lía -, entonces vamos a ir a por Charly. ¿Quiénes iremos? ¿Cuál será el plan?
- Iremos todos - aseguró Taku -. Es un asunto muy serio como para que alguno de nosotros se quede al margen.
- Completamente de acuerdo - coincidió Aixa -. Todos podríamos resultar necesarios en una misión de esa envergadura.
- Una vez allí Fish y J.R., que ya han estado en el castillo, nos enseñarán la composición interna de habitaciones, y Aka planeará la estrategia de entrada - decidió Taku -. Partimos mañana al amanecer. La pregunta ahora es... ¿qué hacemos con Noah?
- No podemos dejarlo aquí, ni tampoco llevarlo con nosotros - hizo notar Aka -. La solución más fácil y sencilla es matarlo.
- ¡No podemos matarlo! Nosotros no somos así - se escandalizó Aixa.
- Hemos matado en ocasiones en las que La Familia estuvo de acuerdo en que era necesario - puntualizó Lía.
- Aún así...
- Bien... Neko, ¿puedes mantenerlo con facilidad bajo el control mental?
- Sí, pero en algún momento tendré que dormir, y entonces el control se desvanecerá.
- Atarlo no será suficiente. Adoptará una forma más pequeña y se escabullirá sin problemas.
- Ordénale que vuelva a su forma real.
Había sido Taku quien había dicho aquello. Estaba muy serio.
- De acuerdo - asintió Neko -. Retoma tu forma real.
-
Pero eso no será suficiente para evitar... ¡Taku!
Toda La Familia se estremeció. Taku había sacado su daga y había cortado la garganta del pequeño hombre de mediana edad que resultó ser Noah.
- ¿Por qué has hecho eso?
- Han secuestrado a mi hermano. Y él ha impedido que yo fuera en su ayuda. Ahora lo ha pagado.
- ¡Esa no es forma de...!
- No tiene sentido que me discutáis, ya está hecho. Cualquiera que haga daño a mi familia o a mis amigos pagará las consecuencias. Id a dormir. Todos. Mañana al amanecer partimos.

01 agosto 2009

Capítulo 14: La respuesta

Cinco largas semanas fueron necesarias hasta que el hermano de Aka, Bin, reapareciera en la casa paterna. Charly se ofreció voluntario para ir a buscarlo, pero finalmente fueron Taku y el propio Aka quienes se acercaron al minúsculo pueblo de la periferia de Burgo de Thigpen donde se había instalado la familia de Aka varios años atrás.
Toda La Familia esperaba con expectación el regreso de sus compañeros con la posible respuesta. ¿Habría un traidor entre ellos? Apenas unos días más tarde aparecieron en el horizonte las dos monturas. Bin montaba en la grupa del caballo de Aka, abrazado a su espalda para evitar caerse por el vivo paso que éste hacía mantener al rocín.
Finalmente llegaron frente al viejo edificio de La Familia y desmontaron. Todos se arremolinaron a su alrededor para contemplar a Bin, que resultó ser un muchacho que no aparentaba más de quince años (aunque más tarde descubrieron que contaba diecisiete), no muy alto, delgado y de aspecto desgarbado. Tenía un curioso aire despistado y una cara que permanentemente mostraba sueño. Sus ojos refulgían como gemas, uno de ellos de un resplandeciente marrón ambarino, el otro verde esmeralda, igual al de su hermano.
Taku y Aka hicieron pasar a todo el grupo al interior del edificio y cerraron las puertas.
- No hemos hecho la pregunta todavía - aclaró Aka para comenzar -, ya que la gracia de mi hermano funciona de un modo especial.
- ¿Cuál es su gracia? - preguntó Charly.
- Mi gracia - intervino Bin, sin abandonar su aire somnoliento - es el conocimiento.
- ¿El conocimiento? - inquirió Lía, desconcertada - ¿Y eso qué quiere decir?
- Quiere decir - aclaró Taku - que ahora mismo no sabe cuántos habitantes tiene este poblado, pero si se lo preguntamos, lo sabrá. No sabe a qué distancia está Burgo de Randa de Burgo de Thigpen, o de cuántos soldados se compone la guardia personal de Murgon, pero es capaz de saberlo simplemente con que alguien se lo pregunte. Contestará a nuestras preguntas como si siempre hubiese sabido la respuesta.
Hubo un murmullo general de sorpresa ante tan extraordinaria habilidad.
- Sin embargo - puntualizó Aka -, cada uno de nosotros puede formularle una única pregunta. Después de preguntar habrá que esperar 100 días antes de poder hacerlo de nuevo.
- Así pues - exclamó Taku -, empiezo yo. ¿Hay algún espía entre nosotros?
La tensión se volvió repentinamente palpable. En el silencio de la habitación, el zumbido de algún insecto resonó con claridad, pero ninguno de los presentes se percató siquiera, porque los ojos de Bin se habían quedado en blanco, otorgándole un aspecto todavía más inquietante de lo habitual, y no se enfocaron cuando abrió la boca para contestar en un tono mucho más grave de su timbre habitual:
- Sí.

La Familia

La Familia
Por este orden, J.R., Aka, Taku, Neko, Charly, Lía, Fish y Aixa.